miércoles, 5 de noviembre de 2014

12. El Baalbek antediluviano



12. El Baalbek antediluviano

Hace más de 400.000 años, después del primer viaje de Anu a nuestro planeta y la condena a su rival Alalu al exilio hasta la muerte en Marte, Anu encomendó a su hijo Enlil, al que había nombrado soberano de nuestro planeta, la adecuación de Marte como estación de paso entre el planeta Marduk y el nuestro, y también la construcción de un lugar adecuado para el aterrizaje en nuestro planeta. Anu volvió a su planeta, Enki exploró África y en concreto la zona sudoeste donde trabajarían en la minería del oro.



Enlil proyectaba también los pormenores de este trabajo, pero se dedicaba especialmente a la adecuación de Mesopotamia, la zona donde habían aterrizado y donde se estaba instalando la capitalidad planetaria. Enlil midió valles y montañas, exploró toda la región en torno a Mesopotamia buscando el lugar adecuado para los aterrizajes. Aquella zona era demasiado calida y soleada y él prefería un lugar más fresco y sombrío. Encontró adecuada la zona montañosa del Líbano y comenzaron los trabajos de construcción.



Después, cuando Ninmah, la hermanastra de Enlil y Enki, aterrizó procedente de su planeta, y tras un asunto inevitable en Marte por la muerte de Alalu, contó a Enlil lo que allí había pasado y el nombramiento de Gobernador de Marte a Anzu. Ninmah traía entre otras muchas cosas, semillas y plantas de su planeta, por ejemplo cedros para la zona de aterrizaje. Enlil decidió poblar de cedros la zona de Baalbek. Un árbol de su planeta crecería en esta zona. Se fueron creando diversas instalaciones en el lugar. En tiempos de Abel, hijo de Adán se construyó la cámara de Creación para la elaboración de los cereales y ganado traídos a nuestro planeta.



Al este de Baalbek, Enlil había construido la base de lanzamiento de Sippar que permitía alcanzar su planeta directamente, pero obedeciendo a su padre, las naves iban hasta Marte y desde allí a su planeta.



En el lugar de aterrizaje, Baalbek tenían lugar los aterrizajes, entre ellos aquel que hizo Marduk desde Marte para su boda con una humana, ocasión que aprovecharon los compañeros de Marduk que habían venido con él para raptar otras tantas mujeres humanas y llevarlas con ellos. Enlil les obligó a quedarse en Baalbek (“y lo pobló con gigantes que fueron castigados por su iniquidad”), pero después se establecieron en Egipto.

14. El Omphalos, lo último en cabinas telefónicas



14. El Omphalos, lo último en cabinas telefónicas



Se instaló en la Cresta (Fortaleza) de Zafón (Baalbek) un Omphalos «un aparato que emite palabras», una «piedra que susurra», una unidad de comunicación algo mejor que un móvil 5G. Respecto a esa Piedra que susurra está escrito:

“El cielo con La Tierra ella hace conversar,
los mares con los planetas”.

Hay una descripción de ese aparato (aunque de Heliópolis en Egipto) hecha por Herodoto. Herodoto describe que estaba formado por dos pilares: “Uno de puro oro y el otro de esmeralda, brillando con gran fulgor en la noche”. Esos sagrados «Pilares de los Dioses» o «Piedras de los Dioses» también aparecen en monedas fenicias. La descripción de Herodoto nos suministra la información de que las piedras estaban interrelacionadas, siendo una de oro, el metal que es el mejor conductor de electricidad y la otra de esmeralda, una piedra preciosa actualmente usada en las comunicaciones por láser, la cual cuando emite un rayo de alta potencia emana una radiación verdosa. De una esmeralda y piedras preciosas cimentadas juntas dice el historiador romano Quinto Curcio.


El Omphalos, literalmente “ombligo” era el aparato que se utilizaba en los centros de oráculos para la comunicación directa de los humanos con los nefilim. Fue en su momento el aparato que los nefilim usaban para comunicarse.





El más antiguo centro de oráculo de Grecia, quedaba en Dodoma, un lugar en las montañas a noroeste del país cerca de la actual frontera con Albania. En cuanto a su fundación, se afirmaba que “dos palomas negras salieron volando de la Tebas” (Egipto)”, una se posó en Siwa (desierto libio de Egipto) y la otra en Dodoma (Caônia griega). A bordo de esas palomitas irían los Omphalos, o lo necesario para su fabricación y en cada uno de estos lugares se estableció un oráculo, el de Zeus para los griegos y el de Amón para los egipcios. El poeta griego Noveno, describió los dos santuarios como gemelos y afirmó que ellos se comunicaban entre sí oralmente.




“¡He ahí la recién encontrada voz de respuesta del Zeus libio!

Las arenas sedientas un mensaje oracular.

Envían a la paloma de Quapóia [Dodoma].”




Griffith al hablar del Omphalos de Nubia, lo hace también gemelo de otro oraculo griego. Dice “era exactamente al del oráculo de Delfos”. Éste llegó a ser el más famoso de Grecia. Estaba situado en una plataforma similar a la de Baalbek, pero menor; en un rincón de la montaña abierto a un valle del Mediterráneo. Cuando los nefilim se fueron de allí el Omphalos fue trasladado a una cámara subterránea, el lugar fue ocupado por sacerdotisas que planteaban las preguntas de reyes y héroes al Omphalos. Este aparato contestaba con voces que repetían las sacerdotisas. Sus palabras resultaban enigmáticas. Las guerras, invasiones acabaron por hacer desaparecer el aparato de comunicación de los nefilim pero se conserva una replica en piedra hecha en época romana. Otra replica, más simple se colocó en el primitivo lugar del oráculo de Delfos .




El origen de lo que terminó siendo el oráculo de Delfos tuvo lugar a principios del segundo milenio antes de Cristo. Nabu encontró refugio en Delfos durante sus batallas aéreas con Nergal, cuando se posó en un área adecuado para la instalación de la base aérea de sus "águilas". Construyó la plataforma, sus instalaciones y allí colocó su transmisor, el Omphalos (que eran dos piezas cónicas con una base común).

El término Nabu relacionado con otro término similar en sumerio, significa «piedra clara y brillante que esclarece». En las lenguas semitas dió lugar a naboh que significa «predecir» y nabih significa «profeta». Muchos términos europeos para esas piedras de oráculo, en inglés, alemán, etc. incluso en español naipe-relacionado con tarot, adivinación- se originan del sánscrito nabh, que significa «emanar con fuerza».




En las múltiples plataformas (muchas de ellas menores) de aterrizaje que se fueron construyendo en nuestro planeta se instalaba este centro de comunicaciones “las piedras que susurran”. Bajo la plataforma para las águilas había pasillos subterráneos, salas, espesos muros.

13. Baalbek



13. Baalbek

Mucho más tarde, hace 13.000 años, tras el diluvio todas las ciudades de los nefilim construidas en Mesopotamia habían resultado sepultadas por millones de toneladas de lodo, incluso las instalaciones de lanzamiento de cohetes de Sippar. En cambio, las instalaciones de Baalbek no habían resultado cubiertas de lodo, y los daños sobre ellas no eran demasiado grandes. Allí permanecían las grandes plataformas de piedra para el aterrizaje y la esquina destinada al lanzamiento de naves. Enlil tuvo que recurrir a la cámara de Creación que estaba blindada desde hacía muchísimos miles de años para que nuestro planeta volviera a ser una gigantesca plantación de vegetales y animales. De allí salieron semillas, plantas y todo lo necesario para la supervivencia del planeta en tan trágicos momentos. Los nefilim se dedicaron a reconducir las aguas que estaban secándose y depositándose solo en lugares bajos y a tareas similares.



Destruido el corredor de aterrizaje de Mesopotamia era preciso crear uno nuevo que garantizase el aterrizaje seguro en Baalbek y también el despegue con la máxima seguridad. Para su diseño se encomendó la búsqueda de los lugares adecuados a dos topógrafos, los “divinos portadores del cordón”. Estos, desde la atmósfera eligieron dos montañas como referencia: Ararat, con sus dos montes, que ya era la vieja referencia y los dos picos más altos del Sinaí (actualmente llamados Santa Catarina y Musa, en el sur de la península). Ararat, los picos Sinaí, y Baalbek no estaban alineados así que tuvieron que ingeniar una solución. Trazaron una recta que pasara por Ararat y Baalbek, esta recta cruzaba Egipto, después trazaron un arco con centro en Baalbek que pasara por la referencia del Sinaí cortando la anterior recta en un punto próximo al delta del Nilo. Como en ese punto de cruce no había nada que sirviera de referencia fue necesario construirla. Así se decidieron construir los “picos del Nilo” como referencia para el corredor de aterrizaje.








En relación a los dos topógrafos, los “divinos portadores del cordón” recordemos un pasaje del libro de Enoc, donde se cuenta que, cuando él estaba siendo llevado por un ángel para visitar el paraíso terrestre, «vio aquellos días dos largos cordones que eran entregados a ángeles que tomaron alas y partieron para el norte». Respondiendo a las preguntas del patriarca, el ángel explicó: «Ellos partieron para medir… traerán las medidas de los justos para los justos… todas esas medidas revelarán los secretos de la tierra».

Se iniciaron las obras de la referencia sur, los picos del Nilo, naturalmente artificiales, los picos del Nilo, naturalmente artificiales, primero una maqueta (la pirámide de Micerino) y luego los dos picos gigantes (Keops y Kefren).


Baalbek no significa Valle de Baal como dicen los eruditos (¿eruditos?) sino Llanto por Baal. Es por el recuerdo de la muerte de Baal en su combate con Mot (por la instalación de un Omphalos), el descubrimiento y transporte de su cuerpo sin vida y el entierro hecho por Anat y Shepesh en una caverna de Baalbek.

“Ellas encontraron a Baal caído en el suelo;
El postrado Baal está muerto;
El príncipe, señor de la Tierra, pereció…
Anat llora todo lo que puede…”

Este llanto de Anat por Baal da el nombre actual de Baalbek.

“…Para la fortaleza de Zafón él lo lleva,
Lo lamenta, lo sepulta,
Lo coloca en los agujeros de la tierra.”

Esa vasta plataforma, ese inmenso podio, construido para soportar pesos colosales: la fortaleza de Zafón (“templo”), un área prohibida (“sagrada”) amurallada, un podio de construcción extra-fuerte y, sobre él, la Cámara Celestial con forma de cohete para el lanzamiento.

Baalbek es el Lugar Oculto de Gilgamesh: La muralla invencible, el portón que atolondraba a quien lo tocaba, el túnel hacia «el recinto donde son emitidas las palabras de comando», la «morada secreta de los Anunnaki», el monstruoso guardián con su «rayo flameante».

martes, 4 de noviembre de 2014

11. Las instalaciones nefilim en el Sinaí



11. Las instalaciones nefilim en el Sinaí

Existían tres montes dedicados a las instalaciones, uno en la llanura céntrica y dos en el sur del Sinaí:

El monte situado en el centro-norte de la península, el de Gilgamesh, monte que marcaba la entrada subterránea al espacio-puerto (los laterales de la montaña aparentemente expeditos estaban protegidos por armas), estaba situado en la llanura céntrica de Cades-Barnéia (nombre bíblico) llamado en la Biblia el monte Paran. Es el «monte Sinaí» (la montaña en el Sinaí), donde fueron entregadas las Tablas de la Ley. En la Biblia el monte Sinaí aparece elevándose sólo e inconfundible en una llanura desértica bien nivelada, limitada sólo por el horizonte o una barrera de montañas distantes. Esta llanura desértica nivelada no está cubierta de arena. Su suelo duro y pedregoso convertía el área en extremadamente adecuada para el espacio-puerto de los Nefilim.


Había otros dos picos (el Shad Elim y el Shad Asherath u Rahim) en la punta sur de la península que desempeñaban un papel importante en las idas y venidas de los Nefilim. Eran dos picos que señalaban, o «medían», la subida para el norte. Los madianitas habitaban el sur de la península sinaítica, en el país de Madián. «Pastoreaba Moisés el rebaño de Jetró, su suegro, sacerdote de Madián. Él condujo las ovejas más allá del desierto y llegó a la montaña de Dios, la Horeb». «La montaña de Dios», no podía estar muy lejos del País de Madián, sólo podía quedar en algún lugar del desierto adyacente. La aparición de Enlil al pastor Moisés, con un cohete detrás de Enlil (el Sneh, la zarza ardiente de la Biblia), surgiendo entre las dos montañas es la causa de la frecuente referencia al dios de Israel como El-Shaddai, el Dios de los Dos Picos.



lunes, 3 de noviembre de 2014

10. Sobre la base de Baalbek



10. Sobre los bases aeroespaciales


En esta zona del planeta los nefilim contaban con las instalaciones aeroespaciales del Sinaí (el espacio-puerto de Tilmun), las instalaciones de Baalbek y las de Heliópolis en Egipto, conocida como la Beth-Shemesh del sur, u On en la Biblia, que llama Beth-Shemesh del norte a Baalbek (Beth-Shemesh significa casa de Shamash). Jeremias dice que On es la casa de los dioses de Egipto, el lugar de los “obeliscos”.

Desde Tilmun se realizaban los grandes lanzamientos desde el Duat (“la escalera al cielo”). Era una base para los movimientos de mayor envergadura. Allí se utilizaban los Gir, vehículos o cohetes para esos movimientos mayúsculos. El módulo de mando del Gir (o sea el Ben Ben) estaba en la parte superior y podía separarse del resto convirtiéndose en un Mu.

Desde la Montaña de los Cedros en el Líbano (el Lugar de Aterrizaje, o Encrucijada de Ishtar) se realizaban los lanzamientos o movimientos menores, para los vuelos terrestres. Allí se utilizaban los Mu, “cámaras celestiales”, actualmente llamados Ovnis. Ejemplos de Mu son: el Mu que presenció Jacob, el de Ezequiel, el de Elías, etc.

Gilgamesh estuvo muy cerca de entrar en la Encrucijada de Ishtar, pero su orgullo herido por Gilgamesh lo impidió. Siglos más tarde, un rey de Tiro lo consiguió, según el Viejo Testamento (Capítulo 28 del Libro de Ezequiel), pues tanto los fenicios como sus vecinos del sur, los hebreos conocían el lugar y su relación con los nefilim. Tiro era una ciudad-Estado en la costa de Líbano, a poca distancia al suroeste de la Montaña de los Cedros. Los nefilim le permitieron visitar la Montaña de los cedros. No solamente obtuvo el permiso para visitar el lugar sino también fue llevado a volar en las «piedras flamantes». Su arrogancia le hizo decir: «soy un dios, en la Morada de la Deidad me senté, en medio de las aguas». Ezequiel relaciona esa arrogancia, con su muerte en manos de extraños.

Salvo unas pequeñas zonas de Chipre, sólo existe una única región con ese tipo de árbol en todo el Oriente Medio: las montañas de Líbano. Esos magníficos cedros, que llegan a alcanzar una altura de 46 metros, fueron muy valorados por los pueblos de esta zona de Oriente, por supuesto en la Biblia. Los cedros de Líbano eran reservados para la construcción y decoración de los templos. El hombre no fue capaz de cultivar esos árboles. En la Biblia se habla de un rey de Babilonia (quizá Babilonia como símbolo, no como la auténtica Babilonia), cuenta que «Él vino a Líbano y cogió la más alta rama del cedro», retirando de él la mejor semilla, que «plantó en un campo fértil, junto a grandes aguas». Pero lo que creció no fue un cedro, sino un árbol pequeño semejante a un sauce, «una trepadera de baja estatura». El Viejo Testamento relata que él «cargó una pequeña rama para un país de comercio» y plantó la semilla «en una ciudad de mercaderes», sin duda alguna de las ciudades de la costa mediterránea desde Anatolia, quizá Líbano, hasta el sur de Palestina, probablemente Tiro, o Sidón.

Enlil conocía el secreto del origen del cedro:

Así dijo el Dios Yahveh:
De la cresta del cedro, de las ramas más altas, un brote blando cogeré;
Yo lo plantaré en una alta y ardua montaña…
Y él pondrá ramas y generará frutos, y se hará un poderoso cedro.

El cedro es un árbol que crecía en el «Jardín de los Dioses», donde ningún árbol se igualaba a él, que era «la envidia de todos los árboles que existían en el Edén, el jardín de los dioses». El término hebraico Gan (pomar, jardín), transmite el sentido de una área guardada y restringida. Enlil trajo los cedros al Líbano para cubrir el área restringida.

9. El árbol acuático de la vida.


9. El árbol acuático de la vida.


Gilgamesh entró por el portón. No viendo nada, en la oscuridad, le condujeron andando durante horas y horas. Hubo momentos de enorme miedo para Gilgamesh, y hubo un momento en el que sintió “viento” norte en su cara. Varias horas más tarde, quizá un día entero, le destaparon los ojos. Se hallaba en lo que Gilgamesh creía el antiguo edén. Un lugar lleno de piedras preciosas con agua, juncos, piedras, un árbol de la vida y otro de …Un lugar cerrado que impresionó fuertemente a Gilgamesh por donde paseó un tiempo.

Más tarde Gilgamesh encontró a un hombre que parecía idéntico a él. Esto le sorprendió mucho y tras presentarse los dos, descubre que se trata del Noé bíblico, aquí llamado Utnapishtim. Gilgamesh  le planteó su búsqueda de la vida longeva.

Utnapishtim le contó como consiguió él estar en aquel lugar gozando de la prerrogativa de una muy larga vida. Le explicó como vivía antes del diluvio y cómo se produjo éste, como se salvaron en un barco submarino y salieron de él en el monte Salvación (de Ararat), como acudieron los nefilim a su desembarco y cómo acudió después Enlil. Enlil logró dominar su ira y aceptó la situación. Llevó a Utnapishtim y a su mujer al interior del barco submarino y poniéndoles de rodillas y él de pie entre ellos les nombró frente a los otros nefilim como humanos nefilim, que vivirían como ellos largamente y residirían con ellos en sus propias instalaciones. En principio Enlil pretendía una residencia en Mesopotamia pero ante el lento secado del lodo se decidió el traslado definitivo al Sinaí.

Utnapishtim le explicó que son los grandes nefilim en asamblea los que habrían de decidir si Gilgamesh podría vivir también entre los nefilim. Gilgamesh sabía que nadie intercedería por él ante tal alta instancia y que nada podría conseguir. Vio desvanecerse su esperanza y le afectó tanto después de tanto denuedo que cayó desvanecido y permaneció sin consciencia durante siete días, durante los cuales Utanpishtim y su mujer cuidaron de él para que sobreviviera y pudiera desandar todo el camino hasta su casa.

En la despedida decide explicarle parte del secreto de la larga vida: Le habló que el buscado árbol de la vida es una planta espinosa con una raíz parecida a la fresa espinosa, y con ramas como las del brezo blanco, con unas espinas que pueden rasgar las manos. Es una planta acuática que crece en el fondo de aquellos estanques. Gilgamesh se lanzó por ella y arrancó una a pesar de sus espinas. Gilgamesh se despidió y marchó de vuelta con la planta.

Cuando ya estaba próximo al portón entre las montañas y a sus vigilantes, cansado, decidió bañarse en unas aguas que allí había. Cuando salió, su planta ya no estaba. Le robaron su planta y con ella sus esperanzas. Los nefilim no podían permitir que tal planta pudiera salir de allí sin su permiso. Cruzó el túnel, saliendo por el portón abandonó el Tilmún. Caminó durante días hasta el mar muerto, lo cruzó con el barquero y más tarde volvió a su ciudad. Volvió a sus quehaceres como rey hasta su muerte.



Gilgamesh reinó 126 años, como rey y como sumo sacerdote del templo de Uruk. Le sucedió su hijo Ur-lugal que reinó 30 años.
 .

domingo, 2 de noviembre de 2014

8. La entrada en el Sinaí



8. La entrada en el Sinaí

Vivió por aquellos lugares desiertos de humanos durante semanas y semanas, con la constante angustia de su mortalidad en pocas decadas.

En su viaje derivó hacia el este, hacia el territorio otorgado a Sin, donde vivió la aventura de los leones. Al ver la manada sintió miedo, se encomendó a Sin y se enfrentó con la manada con desenlace afortunado para él.

Después pasando por un desfiladero llegó a una gran extensión de agua, quizá un mar interior, o un gran lago pensó Gilgamesh, con una ciudad amurallada dedicada a Sin. Llegó hasta una taberna y la tabernera le sirvió tras una primera impresión de temor ( y cierre de la taberna por miedo). Preguntó si era mejor dar la vuelta al gran lago, o atravesarlo. La tabernera, Siduri, le advirtió de los peligros de ese mar de muerte, pero le mencionó un buen barquero que podría transportarlo.


Urshanabi llevó a Gilgamesh en una balsa y en solo tres días atravesaron el lago, en vez de los 45 días que hubiera durado el viaje por tierra. Fue informado que debía ir hacia el Gran Mar por un camino y luego en un hito definido por unas columnas, girar hasta la ciudad de Itla.

Allí llegó y se encomendó a los nefilim. Shamash estaba de su parte pero se opusieron Anu y Enlil. Gilgamesh pidió conocer al menos a Utnapishtim (Noé), antepasado suyo que moraba allí. Gilgamesh entró en el Sinaí y en seis días llegó a un punto desde donde veía aterrizar y despegar los shem de los nefilim desde lejos. Llegó al Mashu, que era un monte con un paso subterráneo.

En las grandes puertas del monte Mashu había vigilantes operando un aparato circular — el temido faro que barre las montañas— montado en un poste. Al contemplar la intensa luz, Gilgamesh cubrió su rostro; luego tranquilizándose, se acercó a la puerta. Un nefilim vigilante gritó a su compañero que el que se acercaba debía ser nefilim pues un humano hubiera resultado gravemente afectado por la radiación. Le mandaron acercarse e identificarse.

Gilgamesh les explicó que su madre era una nefilim y su padre humano descendiente de nefilim en quinta generación, que pretendía alargar su vida como corresponde a su origen y a conocer a su Utnapishtim. «Eso jamás fue conseguido por un humano», dijeron los dos guardias. Gilgamesh les recordó la ayuda que le venía brindando su máximo superior en las instalaciones aeroespaciales, Shamash. Finalmente los vigilantes abrieron el paso entre montañas al territorio interior.